Sir Winston Churchill, el famoso político inglés, al dejar por allá en 1995 el Almirantazgo ya que había quedado como pescado fuera del mar, escribió un libro sobre pintura: Las pinturas como pasatiempo.
“Para ser realmente feliz y estar realmente sano es preciso tener dos o tres auténticos hobbys absolutamente diferentes del quehacer diario.
“El primero de estos hobbies puede ser la lectura, pero lo mejor que usted puede hacer en sus ratos libres es pintar.”
Pintar para Churchill, según Tristán la Rosa, fue el quehacer más importante de cuantos, aparte la política, ocuparon su existencia.
Fue entonces cuando, al ver una caja de pinturas a la acuarela de sus hijos, pensó que podía pintar. Y así lo hizo, con verdadero éxito, hasta el final de sus días.
Pintar en sus ratos libres es lo que les recomiendo. Si pintan seguido van a ver muchos más cambios, van a agilizar más rápido el movimiento del pincel, lápiz o la herramienta que usen. No tiren sus dibujos, úsenlos para ver después de un tiempo de qué manera fueron progresando, mis profesores no dejaban que jamás arrojásemos trabajos nuestros a la basura.
Todas las mañanas Van Gogh salía a las seis de la mañana de su casa amarilla, en Arles, cargado hasta el tope con el caballete, la caja de pinturas y el taburete. Y sin descanso erraba por los alrededores buscando los motivos que satisfacieran su afán creador. “Es la emoción de estar creando lo que guía mi mano, de trabajar sin notar que estás trabajando. Y cuando a veces vez que las pinceladas surgen y se enlazan como las palabras en una conversación… entonces la emoción es tan fuerte que no se puede comparar con nada.”
Pinten en sus ratos libres, siempre que puedan, en algún momento las pinceladas enlazarán unas con otras y sentirán esa emoción incomparable, difícil de explicar, pinten. Cuando se dejen llevar por la pasión a lo que están haciendo, lo que van viendo que cambia de matices delante de sus ojos, su mano pintará sola y ustedes se olvidarán de todo lo que suceda alrededor.